domingo, 19 de diciembre de 2010

EL BOSQUE DE LOS DUENDES


Tras un fría semana, el domingo amaneció lluvioso, desapacible, ... casi parecía lunes. Pese a todo, unos pocos iniciados sabían que un día Cayú es un día especial, pueden pasar muchas cosas y todas buenas.
Para llegar al Preventori, no solo tuvimos que atravesar un túnel. Tuvimos que atravesar las nubes... y más allá. Primero almorzamos en un lugar mágico llamado "l'horteta del pobre". La niebla nos rodeaba y creaba una atmósfera íntima entre los árboles y nosotros.
Tras un puente de madera, comenzaba la llamada "senda dels llençols" que nos llevaría a la Ermita de Sant Cristòfol. En esta ocasión estábamos rodeados de un mar de nubes que tan pronto nos parecía nata como en otro nieve. En otros días se puede disfrutar de una hermosa vista sobre la Font Roja, el Comtat, Benicadell, etc. Al fondo, los buitres se preparaban para el festín.
Desde este punto continuamos la excursión hasta el Mirador del Barranc del Cint. Desde este lugar privilegiado se puede admirar el trabajo del Projecte Canyet que ha conseguido una población consolidada de 80 ejemplares de buitres leonados.
Una vez vistos los buitres y descansado el cuerpo teníamos que volver hasta las proximidades de la Ermita para retomar la senda. De repente Guiseppe se para, señala un punto, se gira, le dice algo a Irene,...
- Los duendes. Tienen que ser los duendes.
Nos vamos acercando y, efectivamente, un árbol se ha llenado de estrellas. En ese momento varios buitres cruzan sobre nuestras cabezas. No sabemos si quieren llevarse a los duendes, a las estrellas o, simplemente, compartir el milagro de la navidad con todos nosotros. Las caras de ambos es indescriptible. Buitres, estrellas, duendes, niebla... El caso es que nos viene muy bien para acordarnos de toda la familia Cayú.

Después de tanta sorpresa, ya os dijimos que un día Cayú es un día especial, todavía teníamos ganas de andar y nos bajamos a recorrer una parte de lo que veíamos desde arriba. Recorrimos una parte del maravilloso Barranc del Cint hasta encontrar un agradable (y frío) rincón para comer.
De este fenomenal día de montaña nos quedan, además de los recuerdos, estas FOTOS. Para que podáis comprobar como cambia un lugar en solo un mes, podéis ver estas OTRAS FOTOS.