Caluroso domingo el que tuvimos ayer y aún estamos en marzo. Si esto sigue así tendremos que cambiar las excursiones al monte por la playa o la piscina. Esperemos que la consecuencia no sean los incendios forestales. Aunque me temo que los especuladores no leen este blog. Quizá me sobran las dos últimas palabras en la frase anterior.
Chulilla es un paraíso para disfrutar de la montaña. Desde la plaza de la Baronía descendimos hacia el río Turia hasta el lugar conocido como el remanso de Las Mulas. Allí mismo almorzamos y cogimos fuerzas para esta corta, pero intensa, excursión. La primera parte del recorrido transcurre paralelo al río y se dirige hacia la cueva del Gollizno. En esta senda han colocado una serie de carteles para identificar las variedades botánicas más significativas de la zona.
Un poco antes de llegar a la cueva, el sendero se adentra en un estrecho barranco en el que tuvimos que utilizar las manos en bastantes ocasiones. A la salida del mismo, nos encontramos ya con algunas referencias a la siguiente cueva y una cadena para ayudarnos en la fácil trepada. Si no fuera por el indicador, sería muy sencillo no encontrar la entrada a la Cueva del Tesoro.
¿Cómo le dices a los chavales que no entren en una cueva? Si además esa cueva es la del tesoro, la empresa es mucho más difícil. Que si hay un dragón... Que si es muy peligrosa... Afortunadamente estaban ya más hambrientos que otra cosa y les pudimos engañar.
La siguiente parada fue en el collado anterior a la cima del Frailecico. Este monte es un perfecto mirador sobre Chulilla y su entorno. Tras la comida y algo más descansados, comenzados la bajada hacia Chulilla. Si queréis ver algunas fotos, pulsad AQUÍ. Hasta pronto.
Para mi, la mejor manera de celebrar mi 44 cumple.
ResponderEliminarTe debo una, Emilio.
Luci