jueves, 3 de noviembre de 2011

2º PIRI-CAYÚ. VALLE DE PINETA.


El segundo PIRI-CAYÚ lo realizamos el pasado lunes en el Valle de Pineta. La propuesta del día era ascender a los llanos de la Larri desde la ermita de Pineta y bajar por el camino de las cascadas. Eso es lo que hicimos después de hacer una parada en Bielsa para realizar algunas compras.

De este valle pirenaico dicen Eduardo Viñuales y Sergi Lara:
"El nombre de Pineta, quiere decir "lugar cubierto por abundantes pinos", algo que se repite en otros muchos sitios pirenaicos como Pinaré, Pinosa, Piniecho o la cercana cascada de la Pinarra. Pero si preguntamos a las gentes de esa parte de la comarca del Sobrarbe, añaden la idea de que hay una leyenda, la de la virgen de Pineta, que cuenta cómo su imagen santa se apareció a unos pastores sobre un pino. Y si indagamos más descubrimos que las gentes de Bielsa siempre se han referido a esa zona como "la balle berde", el valle vestido de pastos jugosos y verdes bosques además de pinos negros y silvestres."

El sendero arranca junto a la ermita de Nuestra Señora de Pineta (1.290m) formando parte del GR-11. El camino, en fuerte y decidida pendiente, discurre a través de un denso hayedo con algunos  ejemplares de gran tamaño. Cada vez me sorprendo más viendo como suben estos pequeñajos. A veces el escalón es casi de su tamaño y parece que eso les divierte más. El sendero termina en la pista que asciende a los Llanos de La Larri (1.570m).
Esos casi 300m de desnivel hacen que nos sentemos en la pradera a reponer fuerzas y líquidos. La vista es espectacular. Al frente la Sobrestiva, el pico La Larri, el puerto viejo de Pineta,... A nuestra izquierda el majestuoso Circo de Pineta con las cascadas del Cinca. A nuestra espalda la temible cara norte del Monte Perdido (3.355m) que, junto con los Picos de Marboré 3.248m) y Añisclo o Soum de Ramond (3.260m), forman el conjunto de las Tres Sorores. Y, finalmente, a nuestra derecha el Valle de Pineta. Para llorar.
Después del almuerzo realizamos el camino de ida y vuelta hasta las cascadas de La Larri y descendemos por la pista hasta cruzar una fotogénica cascada. En ese punto tomamos un camino a nuestra izquierda. El rumor del agua al caer en violentas cascadas, los escalones que marcan el fuerte descenso, el haya como dueña y señora del paisaje otoñal, nos acompañan hasta el fondo del valle donde terminamos la excursión.

Y digo del día, porque para la noche nos tenían preparada una estupenda fiesta de Halloween con castañada y baile. No somos muy de tradiciones anglosajonas pero a algunos  les ponen música y no pueden para. Mirar aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario