Con estos niños y niñas no pueden ni las alertas por lluvias ni los truenos. ¡Qué manera de caminar "oyendo" la tormenta! Al final tuvimos que recortar el recorrido previsto y nos vino justo para no empaparnos.
Como la ruta prometía, volveremos en primavera. Siempre hay que buscar el lado positivo de las cosas. En esta ocasión hay pocas fotos para ver.
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