La mañana del sábado la tuvimos ocupada en el viaje a Morillo de Tou y acomodarnos en nuestros alojamientos. La tarde la ocupamos en visitar el casco antiguo de Ainsa y realizar algunas compras.
La primera excursión la teníamos programada para el domingo y el lugar elegido era el Cañón de Añisclo. La parte de carretera que serpentea junto al río Bellós (llamado desfiladero de las Cambras) era una continua explosión de colorido. Detrás de cada curva, tras un túnel,... nos veíamos sorprendidos por los colores otoñales que tan caros son de ver en nuestras latitudes.
Tras aparcar junto al desvío próximo al parking, nos dedicamos a recorrer el Cañón de Añisclo. Una de las joyas del Parque Nacional de Ordesa Monte Perdido. Voy a copiar un párrafo de Fernando Biarge:
"Precioso recorrido, algo exigente, en un gran ambiente de naturaleza, el del Cañón de Añisclo por el fondo del valle, aguas arriba, siguiendo el rastro tumultuoso del río Bellós y un paisaje vegetal esplendoroso, que se hace trepador de laderas. El trayecto, ... exige un andar pausado para disfrutar de los distintos rincones."
Eso es lo que hicimos. Andar pausado, disfrutamos de los rincones,... e hicimos unas pocas fotos.
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